Catán

 

Catán


El catán (Atractosteus spatula) es el pez dulceacuícola de mayor tamaño en las aguas continentales del Golfo de México. Estos peces son capturados tradicionalmente en la región Noreste del país, donde son muy apreciados por la calidad de su carne y su tamaño. Como consecuencia de la sobrepesca comercial y deportiva, las poblaciones de catán han declinado drásticamente. Adicionalmente, las capturas se realizan durante su temporada natural de reproducción, afectando el reclutamiento de nuevos juveniles. De igual forma, las áreas de anidación están dañadas por la expansión agrícola y urbana, así como por la construcción de presas. Desde 1982, se han emprendido varios esfuerzos para controlar la reproducción en cautiverio y poder obtener una producción satisfactoria de larvas. Actualmente, se domina la reproducción y el cultivo larvario, aunque los esfuerzos se centran en la repoblación en el ambiente natural y en menor medida a su cultivo en fase experimental.

Muchos ignoran que el catán de 3 metros de largo sigue existiendo, pero cuando lo descubren que es así, la primera sensación que les visita es miedo, dice Solomon David, ecologista de peces de la Universidad Estatal Nicholls de Luisiana (Estados Unidos).

Pero "no son como los caimanes, los leones u otros animales que pueden arrancar trozos de presa", dice David. "Tienen que tragarse su presa entera, por lo que son inofensivos para los humanos".

Los catanes, que pueden llegar a pesar más de 90 kilos, se parecen a los aligátores en un aspecto: son depredadores de alto nivel, lo que significa que proporcionan servicios ecosistémicos esenciales a sus hábitats, que son principalmente la cuenca media y baja del río Misisipi en EE.UU. Estas especies de agua dulce mantienen controladas las poblaciones de presas cazando peces más pequeños, anfibios, reptiles, mamíferos y aves, dice David.

Pero su papel de cazador principal le ha granjeado al catán (o caimán gar) una mala reputación entre los pescadores e incluso entre los gestores estatales de la fauna salvaje, que a veces han intentado incluso exterminarlos, pensando que eran competidores de los peces de caza. En la década de 1930, la Comisión de Caza y Pesca de Texas llegó a construir un barco que arrojaba descargas eléctricas en el agua. Lo llamaron "Electrical Gar Destroyer" (Destructor Eléctrico de Gar).

Si se combinan estas amenazas directas con la pérdida de hábitat fruto de la construcción de presas y al drenaje de las llanuras de inundación, los aligátores gar son ahora extremadamente raros en los sistemas fluviales superiores de Estados Unidos, donde antes eran comunes. En algunos estados, como Ohio e Illinois, la especie ha desaparecido por completo y se considera localmente extinta. El catán, que se encuentra hasta el sur de América Central, es más común en las partes meridionales de su área de distribución, especialmente en estados de EE.UU. como Texas y Luisiana, razón por la cual está incluido en la lista de la UICN como especie menos preocupante.

Para proteger a los catanes, los científicos deben conocer primero información básica, como por ejemplo dónde se mueven estos bahamuts [monstruo acuático mitológico] y qué comen. Para ello, normalmente tendrían que tomar una muestra del tamaño de una moneda de cinco céntimos de euro del tejido del pez, que contiene rastros de elementos que los científicos pueden utilizar para rastrear su paradero.

Sin embargo, dado que los catanes tienen escamas como si formasen parte de una cota de malla medieval, la larga y traumática práctica de extraer esa cantidad de tejido puede causar estrés en el animal, dice Thea Fredrickson, bióloga acuática de la Autoridad del Bajo Río Colorado en Texas.

"Definitivamente puede ser letal. No hay forma de evitarlo".

Afortunadamente, en su nuevo estudio, Fredrickson y David acaban de demostrar que el corte de aletas es mucho más fácil para el gar.

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