Napoleon wrasse
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Sin embargo, están desapareciendo por tener la reputación de ser una delicia. Los consideran un alimento de lujo en Hong Kong, que tiene uno de los índices de consumo de pescado per cápita más elevados del mundo, según la ONG marina medioambiental Bloom Hong Kong.
La pesca de peces napoleón se ha intensificado en los últimos años. En 2004, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que establece el estado de conservación de las especies silvestres, reclasificó al pez de especie vulnerable a especie en peligro de extinción. Ese mismo año, el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), que regula el comercio transfronterizo de especies salvajes, estableció regulaciones más estrictas para proteger al pez de la sobreexplotación. Muchos de los países donde viven los peces napoleón han prohibido su comercio, pero Indonesia (cuyas aguas representan casi una quinta parte del área de distribución del pez) permite la exportación de 2000 ejemplares al año, cifra que para algunos expertos es demasiado elevada.
Yvonne Sadovy, profesora del Instituto Swire de Ciencias del Mar de la Universidad de Hong Kong y codirectora del grupo de especialistas en meros y lábridos de la UICN, indica que se desconoce cuántos peces napoleón quedan en el mar y cuál ha sido su índice de disminución. Lo que sí se sabe es que el Triángulo de Coral, que abarca una parte considerable del área de distribución del napoleón y es de gran importancia ecológica, está amenazado por la sobrepesca.
A diferencia de los elefantes, los peces napoleón no consiguen mucha publicidad, pero es «probable que estén en una situación peor», afirma Colman O’Criodain, director de políticas de fauna silvestre de WWF. Sadovy, que hace poco dirigió estudios poblacionales de peces napoleón, afirma que los peces son tan escasos que «nos quedamos bastante conmocionados». Los submarinistas y los biólogos también la han informado de que ya no ven tantos peces napoleón maduros en estado silvestre.
El hecho de que los peces napoleón salvajes escaseen pese a las protecciones es una evidencia del comercio y la pesca ilegales, pero determinar la escala del comercio ilegal es muy difícil. Según Sadovy, las plataformas de comercio por Internet, como las páginas de comercio electrónico chinas TMall y Taobao, pueden facilitar el tráfico. Las redes sociales, los chats y los grupos de WhatsApp «dificultan aún más la detección», afirma O’Criordan.
La falta de rastreos de los peces napoleón motivó a Sadovy a crear una herramienta pudieran usar tanto las autoridades como el público. En lo que supone una novedad en el mundo de los peces, ha usado la tecnología de reconocimiento facial para determinar si un pez napoleón se ha importado mediante las marcas oculares únicas de los peces. En colaboración con un desarrollador, ha creado Saving Face, una aplicación para móvil que permitiría a los clientes, restauradores y agentes de delitos contra las especies en peligro de extinción comparar una foto de un pez napoleón a la venta en un restaurante o en un mercado con fotografías de una base de datos de peces napoleón importados legalmente.
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