Pez sapo
Pez sapo
Sin duda, en la actualidad existen muchas variedades de peces en los mares en todo el mundo, siendo el pez sapo uno de los más curiosos.
A este pez también se le conoce como el Sapo Lusitanico, aunque su nombre científico es el de Halobatrachus Didactylus. Es el único de la especie Halobatrachus que pertenece a la familia batracoidídos
Esta especie, cuando alcanza la adultez, puede alcanzar aproximadamente medio metro, aunque lo que más resalta es su semejanza al aspecto del sapo.
El cuerpo del pez sapo es redondeado y de gran tamaño, su cabeza igualmente es redonda y la boca es totalmente ancha. Este animal cuenta con dos espinas que están cubiertas por su piel en la parte superior del opérculo; a su vez, tiene dos aletas en la parte dorsal, la primera de ellas posee 3 espinas muy cortas y fuertes que están cubiertas por la piel, mientras que la segunda es más alargada. Es un pez que no tiene dientes en su boca.
Su piel es lisa, recubierta de mucus, la cual es viscosa, usado para cuidarse. Este pez de color marrón claro, con muchas manchas marrones con tonos oscuros de tamaños diferentes en todo su cuerpo, tiene franjas transversales irregulares. En las aletas tienen manchas pequeñas y de tonos oscuros. El pez sapo es conocido como un pez peligroso para los seres humanos por sus espinas, que son venenosas.
Suele camuflarse para cazar a sus presas, las cuales los atraerá con un químico que captará su atención. Por lo general, se nutren de pequeños peces, y algunos crustáceos, tales como camarones o cangrejos y, en algunas ocasiones, pueden comer presas de mayor tamaño. Como no posee dientes, traga a su presa entera con jugos digestivos.
No hay mucha información sobre la esperanza de vida de estos peces, ya que usualmente el estudio de estos animales se basa a través de la pesca, situación que no es tan común en ellos.
Lo que sí se tiene claro, según varios estudios e información adquirida, es que estos no llegan a vivir mucho tiempo en cautiverio.
Este pez se distribuye en las costas del Atlántico de África así como también en el Mediterráneo Occidental.
Cabe destacar que se pueden encontrar rastros que dan a entender que puede coexistir en las aguas marinas de los Subtropicales.
La manera de obtener información de los peces de esta especie es mediante la caza, la cual en estos casos suele ser muy difícil, por lo que limita el estudio de estos. Es muy difícil identificar entre macho y hembra, aunque se tiene una idea de que el macho tiende a ser más grande.
Como hemos indicado antes, el estudio de esta especie, a no ser que esté en cautiverio, es complicado. La principal diferencia que se ha observado en distintos estudios es que la hembra de pez sapo es más pequeña que el macho.
Las variaciones que existen en esta especie son totalmente sorprendente, ya que, dependiendo del tipo, puede llegar a medir desde 15 hasta 50 centímetros. A la hora de alimentarse, estos peces son totalmente asombrosos, ya que pueden expandir su boca para tragar entera a su presa, incluso estando aún vivas; en este sentido, se puede ver incluso moviéndose en el interior del pez sapo.
Estos peces tiene espinas fuertes en las aletas dorsales, con ellas inyectan veneno que no ocasionan serias consecuencias, aunque sí cierto dolor.
Para reproducirse, la hembra buscará atraer al macho, esto a través de los fuertes olores, es así como el macho alcanzará el rastro para prontamente morder a la hembra y aparearse, se acoplan y se convertirán en un bulto para fertilizar a los huevos. También se sabe que la hembra pondrá los huevos en la boca del macho para que el los resguarde.
Los huevos son claros con una delgada capa de material baboso, miden unos 25 y 30 centímetros. El pez sapo es muy receloso con sus huevos, que eclosionan pasados dos meses.
Para el cuidado de estos peces, no se necesita un acuario de gran tamaño: unos 100 litros será suficiente para ellos, el agua debe de tener una temperatura de entre 24° y 27° C, y un pH de 8 a 8.4.
Se basan de una alimentación carnívora, que muy poco acepta comida muerta, al tiempo se podrá alimentar de berberecho, gambas y mejillón.
Tener un acuario con rocas vivas, corales y esponjas para que su camuflaje. El buen cuidado de estos peces evitará que estos sufran cualquier tipo de enfermedad común entre ellos
En cautiverio, cuando se tienen como mascotas, son peces muy calmados, tranquilos, tanto que suele ser un pez lento. Suelen camuflarse entre las rocas o cualquier materia que se encuentre en su entorno para refugiarse.
Hay numerosos peces que se parecen a otros animales. Ocurre en el caso del pez gallo o el pez cocodrilo. En este caso, vamos a acercarnos más para conocer al pez sapo. Se trata de un pez cuyo nombre científico es Halobatrachus didactylus y cuyo aspecto se parece al de un sapo. Tiene características venenosas y es la única especie que queda del género Halobatrachus.
Posee una estructura ósea muy parecida al del pez luna. La longitud que alcanzan los ejemplares adultos suele ser de unos 50 cm. El cuerpo es muy parecido al de un sapo y, por ello, recibe este nombre común. Tiene el cuerpo de forma redondeada y bastante grande con una boca ancha.
Dispone de dos espinas que están cubiertas por la piel y dos aletas dorsales. La primera aleta dorsal posee tres espinas fuerte y cortas cubierta por piel. La segunda es más larga y tiene entre 19 y 24 radios blandos con piel lisa y cubierta de una especie de mucus que produce para protegerse. Se trata de una masa viscosa que le permite deslizarse cuando los depredadores intentan capturarlos.
Por lo general, es un pez bastante sedentario. No suele moverse demasiado de lugar, sino que permanece en la arena blanda o el barro durante la mayor parte del tiempo. Algunas veces se esconden debajo de la arena o entre las grietas de las rocas para esconderse de posibles depredadores o simplemente para no tener que preocuparse por ellos.
Como hemos dicho antes, el pez sapo es una especie catalogada como peligrosa para el ser humano y los bañistas. Al encontrarse a profundidades de entre 10 y 50 metros, es posible que muchos bañistas se topen con ellos y sean mordidos. El veneno que les inyecta es lo peligroso de su mordida.
La picadura no es mortal, pero si tiene una gran importancia el hecho de que las consecuencias de la mordida duran mucho tiempo. El dolor tras la picadura es inmediato y muy fuerte. La zona afectada se pondrá hinchada y saldrán algunas ronchas y ardor fuerte. Dependiendo del tipo de mordida que haya dado, es posible que el dolor se extienda por todo el miembro hasta llegar a paralizarlo. Se trata de una infección bacteriana que propicia la aparición de una herida irritada. Si no se trata correctamente, puede desencadenar en problemas peores.
El dolor puede mantenerse incluso varios días y presentar dolores crónicos por varios meses en el área afectada. En algunos casos se han reportado casos de Anquilosis. Se trata de un tipo de secuelas que deja la picadura de este pez y que provoca la falta de movimiento en las articulaciones circundantes de la picadura. Esta falta de movimiento puede darse parcialmente o de forma completa.
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