Raya torpedo del atlántico
Raya torpedo del atlántico
El torpedo del Atlántico o tremielga negra (Torpedo nobiliana) es una especie de raya eléctrica de la familia Torpedinidae. Habita en el océano Atlántico, desde Nueva Escocia hasta Brasil en el oeste y desde Escocia hasta África occidental y austral en el este, a profundidades de hasta 800 m. Los ejemplares jóvenes generalmente viven en hábitats arenosos o fangosos menos profundos, mientras que los adultos son de naturaleza más pelágica y frecuentan el mar abierto. Con un máximo de 1,8 m de longitud y 90 kg de peso, el torpedo del Atlántico es la raya eléctrica más grande que se conoce. Al igual que otros miembros de su género, cuenta con un disco de aleta pectoral casi circular con un margen frontal prácticamente recto, y una robusta cola con una gran aleta caudal de forma triangular. Otras características distintivas son su color oscuro y uniforme, espiráculos (aberturas para la respiración localizadas detrás de los ojos) de bordes suaves y dos aletas dorsales de distinto tamaño.
De carácter solitario y hábitos nocturnos, el torpedo del Atlántico es capaz de generar una descarga eléctrica de 220 voltios para someter a su presa o en defensa propia contra los depredadores. Su dieta consiste principalmente en peces óseos, aunque también se alimenta de pequeños tiburones y crustáceos. Es una especie ovovivípara; las hembras dan a luz a un máximo de 60 crías después de un periodo de gestación de un año. La descarga eléctrica de esta especie puede ser bastante severa y dolorosa, aunque no llega a ser letal. Debido a sus propiedades electrogénicas, los antiguos griegos y romanos utilizaban al torpedo del Atlántico en la medicina e inspiró el nombre del arma naval homónima. Aunque actualmente no tiene valor económico, la pesca accidental puede suponer un impacto para su conservación. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como especie con datos insuficientes.
El torpedo del Atlántico tiene un disco de la aleta pectoral casi circular, que es 1,2 veces más ancho que largo, con un margen frontal grueso y casi recto. Los ojos son pequeños y se encuentran junto a espiráculos mucho más grandes que ellos, que no tienen papilas en sus anillos internos. Los orificios nasales se encuentran cerca de la boca; tiene una solapa de piel entre ellos tres veces más ancha que larga, con un margen posterior sinuoso. La boca es larga y arqueada, con prominentes surcos en las comisuras. Los dientes son puntiagudos y su número se incrementa con el paso de los años, pues los alevinos tienen 38 hileras y los adultos llegan a tener 66; sin embargo, solamente las primeras filas de dientes son funcionales. Las aberturas de las branquias son pequeñas, y el primer y quinto par son más pequeños que los demás.
Las aletas pélvicas son redondeadas y están ligeramente superpuestas al disco frontal. La primera aleta dorsal es triangular aunque su punta es redondeada, y se origina frente a las inserciones de la aleta pélvica. La segunda aleta dorsal mide la mitad o dos terceras partes de la longitud de la primera; la distancia entre las aletas dorsales es menor a la longitud de la base de la primera aleta dorsal. La gruesa cola comprende un tercio de la longitud total de la criatura, y termina en una aleta caudal en forma de triángulo equilátero con márgenes ligeramente convexos. La piel es suave y carece completamente de dentículos dérmicos (escamas). La coloración dorsal es de un marrón oscuro a gris, generalmente lisa aunque a veces presenta algunas manchas difusas, y se oscurece hacia los bordes de las aletas. La parte inferior es blanca, y los bordes de las aletas en esta parte son oscuros. Siendo la mayor de las rayas eléctricas, el torpedo del Atlántico puede medir hasta 1,8 m de longitud y pesar hasta 90 kg. Sin embargo, es más común que tenga una longitud de 0,6-1,5 m y un peso de 14 kg. Las hembras alcanzan un mayor tamaño que los machos.
Al igual que otros miembros de su familia, el torpedo del Atlántico es capaz de generar una fuerte descarga eléctrica a partir de un par de órganos eléctricos llamados electrolitos, localizados en su disco frontal, tanto para atacar como para defenderse. Estos órganos componen una sexta parte del peso total de la raya y contienen alrededor de medio millón de «placas eléctricas» rellenas con materia gelatinosa y que están acomodadas en un promedio de 1025 a 1083 columnas verticales hexagonales (visibles por debajo de la piel). Estas columnas actúan esencialmente como baterías conectadas en paralelo, lo que le permite a un torpedo del Atlántico de gran tamaño producir hasta un kilovatio de electricidad a 170-220 voltios, asumiendo que esté descansado y bien alimentado. Las descargas del órgano eléctrico ocurren en una serie de pulsos ligeramente espaciados que duran alrededor de 0,03 segundos. Las series contienen en promedio 12 pulsos, pero se han registrado unas de más de 100. La raya emite con regularidad pulsos aun cuando no reciba un estímulo externo obvio.
Siendo de naturaleza solitaria, generalmente puede verse al torpedo del Atlántico descansando en el sustrato del fondo —por encima de él o medio enterrado— durante el día, y con mayor actividad durante la noche.[11] Por su tamaño y por poder defenderse efectivamente de los ataques, rara vez cae presa de otros animales. Algunos de sus parásitos conocidos son los céstodos Calyptrobothrium occidentale y C. minus, Grillotia microthrix, Monorygma sp. y Phyllobothrium gracile, los monogéneos Amphibdella flabolineata y Amphibdelloides maccallumi y el copépodo Eudactylina rachelae. Algunas fuentes sugieren que esta raya podría ser capaz de sobrevivir fuera del agua hasta un día.
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