Tiburón peregrino

 

Tiburón peregrino


El tiburón peregrino (Cetorhinus maximuses el pez más grande del Mar Mediterráneo (el segundo más grande del mundo, sólo por detrás del tiburón ballena). Los adultos pueden alcanzar tallas de 10 metros y unas 7 toneladas de peso. A pesar de que pueda parecer un gran depredador (pertenece al orden Lamniformes, como el gran tiburón blanco), sus dientes son diminutos, prácticamente vestigiales, ya que esta especie se alimenta pasivamente, filtrando zooplancton y peces pequeños a través de sus branquias, por lo que solemos verlos nadando lentamente en superficie. En ocasiones se pueden realizar avistamientos de varios individuos juntos.

El tiburón peregrino es también conocido por sus largas migraciones transoceánicas y transecuatoriales en ciertas estaciones del año. Estudios realizados a finales del siglo XX y principios de XXI sugirieron que estos movimientos estacionales parecen estar íntimamente relacionados con la ocupación de hábitats de elevada productividad (cuando la abundancia de plancton es elevada), tanto dentro como fuera de la plataforma continental.

 No obstante es cierto que también podrían ser debidos a una preferencia por aguas de mayor temperatura, el desplazamiento a zonas de apareamiento o a la filopatría, la tendencia que presentan muchas especies animales a permanecer en el mismo territorio en que nacieron, o a volver al mismo para reproducirse.

En el Mediterráneo, el mayor volumen de avistamientos de tiburones peregrinos durante los meses de primavera y hasta finales de verano podría estar relacionado con ese incremento de la concentración fitoplanctónica, que es más elevada durante la primavera.

A pesar de su gran peso y tamaño, el tiburón peregrino puede asumir velocidades considerablemente rápidas en intervalos de tiempo breves y propulsar todo su cuerpo fuera del agua, lo que en inglés se conoce como “breaching”. En el reciente estudio realizado por Ruud et al. (2020), no sólo se registraron una gran cantidad de saltos (breaches) únicos, sino que también se registraron saltos dobles, triples e incluso cuádruples de un mismo individuo, saliendo del agua a una velocidad media de 3.9 m/s (similar a la del tiburón blanco).


Es una especie protegida en múltiples países, incluida en el Apéndice II de CITES, los Apéndices I y II del Convenio para la Conservación de Especies Migratorias, el Anexo II de la Convención de Barcelona y protegida por la ‘General Fisheries Commission for the Mediterranean’ y la Unión Europea también prohíbe su pesca.

 Está catalogada como especie Vulnerable por la IUCN, ya que se considera que antes de estar protegida internacionalmente sus poblaciones decayeron más del 50% por el efecto de las pesquerías dirigidas a la explotación de su carne y el aceite de hígado, además del impacto accidental de otras pesquerías no dirigidas a su captura. Aún así, entre 2007-2016 se comercializaron 700 kg de carne proveniente de Noruega al mercado de China.

El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), es un pez bastante misterioso, no sólo por su imponente envergadura, sino por la poca información que hay con respecto a su evolución y comportamiento. Es una especie pelágica de agua fría muy grande, que se alimenta por filtración, que es migratoria y está ampliamente distribuida, pero sólo se ve regularmente en algunas localidades costeras. Sus aletas se encuentran entre las más valiosas en el comercio internacional. 

Los tiburones peregrinos  son vulnerables, tal vez más que la mayoría de los tiburones, atribuida a su tasa de crecimiento lenta, tiempo de maduración prolongado, largo período de gestación, probablemente baja fecundidad y probable tamaño pequeño de las poblaciones existentes.

Algo bastante contradictorio, es que, pese a su enorme y llamativo tamaño, en realidad es poco lo que se conoce sobre esta especie; es decir, hay demasiadas cosas sobre estos colosales tiburones que aún no son de conocimiento humano, o simplemente no se tiene pista alguna de ciertos comportamientos de la especie.

Si te encuentras en contacto con un tiburón enorme y su tamaño no es lo suficientemente grande como para sorprenderte, o si desconoces si se trata de un tiburón peregrino o no, aquí hay algunas características físicas por las que estos tiburones son conocidos.
Estos imponentes tiburones pueden llegar a crecer hasta más de 35 pies – 10 metros de longitud – lo que lo hace acreedor de la distinción del segundo pez más grande de todo el océano, por debajo del tiburón ballena, que es otro colosal de los mares.
Una de las características más icónicas o reconocibles del tiburón peregrino es su inmensa bocaLa boca de este animal es sorprendentemente grande; pueden alcanzar una longitud de hasta tres pies – un metro— de ancho; lo más contradictorio, es que al observar semejante boca, muchos pensarán que tiene dientes alargados o puntiagudos como sus parientes blancos, pero la realidad es que no es así.
En realidad, los tiburones peregrinos cuentan con una variedad de filas de dientes bastante diminutos. Esta dentadura diminuta tiene que ver con la dieta de esta especie de tiburón, que para sorpresa de muchos, también es algo inusual, pues, no es un depredador agresivo como sus parientes.
Otra de las características físicas importantes del tiburón peregrino, son las branquias que posee y que son necesarias para que pueda ejecutar con éxito su proceso de alimentación. Al momento de comer, los peregrinos nadan con su boca abierta mientras van tamizando el plancton fuera del agua.



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